lunes, 16 de marzo de 2015


PODEMOS, VENEZUELA Y LA DEMOCRACIA

A estas alturas es más que evidente, que los lidercillos de Podemos recibieron cuantiosas sumas de dinero del gobierno venezolano. Una millonada que resulta vergonzosa, porque una cosa es que uno cobre por su trabajo, cosa a la que los comunistas no nos oponemos sino todo lo contrario, y la otra que se haga un negocio tan rentable de supuestamente defender una causa revolucionaria. Sobre todo cuando con ese dinero vivirían miles de familias venezolanas a las que falta les haría, porque Venezuela no es el paraíso socialista que pintan algunos, desde la ignorancia o desde la comodidad absoluta. Que se hayan hecho reformas que han beneficiado a las clases populares no significa que se haya conquistado el socialismo, pues el capitalismo sigue provocando desigualdades abismales y el problema no es que los ricos tengan pocas libertades, como repiten los medios de manipulación, sino que tienen demasiadas para explotar y vivir a todo lujo a costa de la miseria ajena, de ahí el problema tan grande de la delincuencia. De ahí que parte de la clase obrera haya sido fácilmente manipulada por la oposición fascista para llevárselos a su terreno, cuando con ellos aún estaban y estarían mucho peor.
Por lo tanto, que han cobrado del gobierno venezolano es algo que ya sabe todo el mundo, por eso resulta tan patético y traidor su silencio cómplice ante la complicada situación que vive Venezuela con Estados Unidos financiando a la oposición para realizar un golpe de Estado y arrasar con las conquistas democráticas. Por ese intento de golpe de Estado y esa oposición mercenaria y fascista, están presos Leopoldo López y el ex alcalde de Caracas Antonio Ledezma, entre otros. Los cabecillas de Podemos en vez de explicar por qué están presos, se posicionan con los fascistas pidiendo su libertad. Con lo fácil que sería decir que Estados Unidos trama una invasión como en tantas ocasiones ha hecho…Pero no, con tal de intentar ganarse el voto del pepero desencantado son capaces de cualquier cosa, hasta de traicionar a quienes les pagaron tantísimo dinero y que por lo tanto, facilitaron su ascenso. Algunos argumentarán que lo hacen para que los medios de manipulación no se les echen encima, ¡pero si se les echan encima igual! Qué menos que contar la verdad, así creen que escurren el bulto pero lo único que hacen es legitimar a los golpistas, evitar que muchos tomen conciencia y quedar como unos mentirosos que sólo marean la perdiz, cosa que electoralmente les pasará factura.
Pero la gravedad de silenciar lo que realmente está sucediendo en Venezuela no termina ahí, lo peor es que mientras defienden la libertad de los fascistas venezolanos, aquí callan que detienen y encierran a antifascistas. ¿Cuál es su bando? Ellos que se pasean por platós y charlas dando lecciones de derechos humanos pero resulta que el gobierno venezolano no puede frenar un golpe de Estado que sí violaría y mucho los derechos humanos y que las violaciones de derechos en el Estado español cuentan menos. Tanto que hablan de los “presos políticos” venezolanos, ¿dónde están cuando a las presas políticas antifascistas del Estado español les niegan la asistencia médica? ¿Y protestando por las condenas a 11 años de prisión a militantes comunistas del PCE (r)? ¿Y con los dos antifascistas de Zaragoza presos por plantar cara a los nazis? A esos les insultan, como ha hecho Iglesias en más de una ocasión. Para ellos los fascistas detenidos en Venezuela son demócratas y los antifascistas encerrados aquí son terroristas. Es vomitivo escucharles dar lecciones callando violaciones tan graves.
Pero no contentos con silenciar tantas barbaridades en el Estado español, se dedican a alabar a quienes las sostienen con la fuerza de las armas: A la Guardia Civil y al ejército. O a hacer la pelota al Papa y al embajador de USA. Posicionándose con las fuerzas represoras vuelve a dejar muy claro en qué bando está, es muy aclarador que llame demócratas a los cuerpos que disparan a inmigrantes hasta asesinarlos, con incontables casos de torturas, que golpean a la clase obrera y protegen a los capitalistas o que invaden países con la OTAN para saquearles los recursos con un genocidio. ¿Estos son los que van a traer un cambio? Sí, como el P$OE de Felipe González: un cambio para que todo siga igual. Volvemos a lo mismo: a los opresores los llama demócratas mientras desprecia a quienes más han luchado contra la opresión.
Hacen el juego al fascismo venezolano y al fascismo del Estado español con sus fuerzas represoras como garante de la Constitución redactada por fascistas para perpetuar sus privilegios. Si Venezuela desgraciadamente acaba como el Chile de Allende, habrán sido responsables de legitimar a los golpistas pidiendo que campen a sus anchas. ¿Esta es la “democracia” que quieren? Para ser demócrata con la clase obrera, hay que ser antifascista. Y ser antifascista no es algo que se demuestre escuchando una canción, con una camiseta o citando a Gramsci en la intimidad, ser antifascista es algo que se demuestra sobre todo en momentos decisivos y ya vemos cómo las gastan estos vividores. Mientras la represión se ceba con nosotros, no tienen otra cosa que hacer que alabar a los cuerpos represivos. Porque claro, no serán Monedero ni Iglesias quienes reciban porrazos o sean detenidos por exigir derechos en las calles, por exigir las libertades que nos niegan. Somos nosotros los demócratas quienes recibiremos por hacerlo, no ellos, babosos de los fascistas.
Uno no puede ser demócrata con la clase obrera si legitima la represión, a los fascistas. Para ser demócrata hay que condenar la represión contra el movimiento popular antifascista, es lo mínimo. Cada día se ve más claro a qué intereses sirve Podemos y en qué bando está. La nueva versión del P$OE sigue sosteniendo los cimientos podridos del régimen mientras somos detenidos y golpeados por intentar doblegarlos ante su silencio, mientras en Venezuela quienes tanto les pagaron, se enfrentan a la amenaza de un golpe de Estado que puede costar la vida de miles y miles de demócratas. No se puede hablar de democracia en abstracto y sobre todo ante situaciones críticas, se ve a qué clase defiende uno. Los líderes de Podemos ya se han situado en el lugar que como izquierda domesticada les corresponde: contra los demócratas para la clase obrera.

Pablo Hasel