domingo, 17 de enero de 2016

SI NOS FUSILARAN



Si nos fusilaran todo el mundo diría que hay fascismo, como si esa fuera la única forma con la que asesinan. Pero como explicó el comunista Dimitrov: el fascismo moderno necesita ciertas reformas para poder seguir con su dominación colándola más fácilmente y  puede permitirse el parlamentarismo, siempre y cuando los partidos que lo pongan en verdaderos apuros y supongan un serio peligro para su opresión, sean ilegales. A la comunista Isabel Aparicio no necesitaron fusilarla para exterminarla hace año y medio en una prisión del Estado español. Les bastó con la desatención médica para eliminarla físicamente, pues sus ideas jamás podrán aniquilarlas. A la también comunista Arantza Díaz la ha salvado la solidaridad de tener el mismo fin, pues aún con cáncer, la tenían en pésimas condiciones y arrastrará siempre las consecuencias. La izquierda del régimen ocultó el exterminio de Isabel y pocos nos escandalizamos. Sin embargo, si la hubieran fusilado, hubiera dado la vuelta al mundo y hasta los progres dirían que “eso es pasarse”. Como si no fuera más cruel matar a una persona lentamente con la tortura de la desatención médica sumada a las duras condiciones carcelarias. Pero parece que si no te fusilan, todo está permitido y que vivimos en un Estado mínimamente democrático. Qué casualidad que quienes suelen repetirlo, son quienes jamás sufren, ni sufrirán, ni se juegan represión, más allá de una multa a lo sumo, porque su “lucha” de la que tanto presumen, igual no es tan lucha. O tal vez sí la sufran aunque la vean lejos y no empaticen con quienes la sufrimos, porque la represión se ha generalizado tanto, que hasta por protestas pacíficas están pidiendo penas de cárcel. Pero desde luego los "comunistas" de salón que tantas lecciones dan desde la absoluta comodidad repitiendo con pedantería que no hay fascismo, es difícil que la sufran cuando apenas salen del ordenador o de la biblioteca.

¿Acaso no es más cruel que fusilar, empujar a una persona a la peor desesperación quitándole hasta la vivienda y el trabajo, empujándola al suicidio? A diario aniquilan así a muchísimas personas o las condenan a ser muertas vivientes sumidas en profundas depresiones con las que para colmo, las farmacéuticas hacen negocio enganchándolas a los antidepresivos. Si las fusilaran todo el mundo diría que hay fascismo, si las asesinan de forma más sutil, se atreven a decirnos que vivimos en otro mundo cuando decimos que hay fascismo. Si vivieran un solo día, uno solo, en las condiciones de las presas que han sido torturadas y condenadas a 11 años de prisión por su militancia comunista en el PCE (r), gritarían que hay fascismo. ¿Quiénes viven un mundo a parte?

Los brutales recortes en sanidad también han asesinado a muchísimas personas, de una forma cruel y despiadada alargando la agonía, aunque la mayoría de protestas contra estos parezcan fiestas, porque el fascismo moderno ha aprendido a matar y que encima la respuesta sean bailes, risitas y cánticos ridículos. No escatiman en circo para que así sea, el fascismo ahora se pinta de colorines. El fascismo moderno asesina con una sonrisa en televisión, se maquilla para que sus crímenes parezcan menos grises que los de la época de Franco, pero si nos ceñimos a las cifras, ya en lo que algunos llaman “democracia burguesa”, asesinaron más que en los últimos años de Franco (a tiros) y ahora sus políticas criminales suman muchos más asesinados de múltiples formas como las citadas antes.

Respecto a los asesinatos de revolucionarios, ¿para qué necesitan fusilar ahora si apenas hay resistencia? Por eso ya muerto Franco, a finales de los 70 y en los 80, como había mucha más, volvieron los tiros contra revolucionarios. Demasiados olvidan cómo el P$OE armó a mercenarios para asesinar a tiros a antifascistas. Son crueles, pero no imbéciles, dispararnos ahora les supondrían escándalos que pueden evitarse cuando apenas hay revolucionarios y el terror les sirve para dominar y que haya menos, pues el miedo de  la mayoría a involucrarse en la lucha, es tremendo. Comprensible cuando hasta delante de las cámaras abren cabezas a porrazos y disparan balas de goma que dejan a personas ciegas o cuando condenan a prisión por opinar. Ya volverán a dispararnos, qué duda cabe, cuando la resistencia sea fuerte.

Mientras, les basta el lento exterminio de las largas condenas a prisión contra las revolucionarias y aniquilar con total impunidad a la clase obrera negando a millones de personas las comidas necesarias, techo, sanidad digna, trabajo, etc. O cuando asesinan a trabajadores por falta de seguridad al realizar su trabajo, ocultándolo los medios de manipulación que pintan el fascismo moderno de colores y que contribuyen a ese falso espejismo de pluralidad, cuando todos sirven al mismo régimen criminal. Si hacen eso y apenas hay respuesta, ¿para qué van a fusilarnos? Si matando así no lo llaman fascismo y disparando sí dirían que hay fascismo. 


miércoles, 13 de enero de 2016

Sobre la independencia y el pacto de CUP con Junts pel sí



Ante una cuestión así, lo fácil es caer en simplismos. Reconozco que hace tiempo me dejé llevar por estos y tuve una posición distinta a la que ahora defiendo, pero ante los argumentos no tuve otra que asumir mi error. Si este texto sirve para que alguien al menos se replantee su posicionamiento, bienvenido sea. Sirva también para aclarar varias cosas para que no den lugar a confusiones.

En un artículo escrito antes de las elecciones catalanas, cuyo título era “¿Por qué nos interesa la independencia?” y que puede encontrarse en este blog, ya argumenté los motivos por los que la apoyamos muchos comunistas y revolucionarias, así que no voy a extenderme mucho al respecto. Pero en resumen creemos que nos conviene para debilitar al Estado español, porque como su misma burguesía reconoce, quedarían muy tocados. Agudizar la crisis del Estado español favorece a la causa revolucionaria y por lo tanto a la clase trabajadora, de donde partimos los comunistas al analizar cualquier situación. A la vez, en caso de conquistar la independencia, a la burguesía independentista se le acaba el cuento de echar la culpa de todos los males a “España” y cuando la clase trabajadora que los ha votado vea que no viven en el paraíso que les prometieron, dejarán de ser los salvadores de la patria. Además de ser una burguesía mucho más débil que la española, por lo que vencerla no sería tan complicado. Si a ello le sumamos que este proceso desnuda aún más el carácter totalmente antidemocrático del Estado español y que tensa más las cosas, las ventajas pesan más que los contras. 
Yendo al centro de la polémica de estos últimos días, yo era de los que defendía el no a Mas. No porque crea que otros candidatos de Junts pel sí puedan ser mucho mejores, sino porque Mas restaba apoyos al proceso por toda la carga de las políticas que aplicó, como es lógico. El sí a la independencia no ganó precisamente muy sobrado como para permitirnos el lujo de perder apoyos y CUP ganó muchos votos por, entre otras cosas, prometer el no a Mas. De perder esos votos, tal vez ganaría el no a la independencia y entonces no habría legitimidad ni fuerza para declararla. Por eso Baños no actuó de forma coherente cuando dimitió por haber ganado el no a Mas cuando fue el primero que en campaña electoral prometió a quien dudara entre votarlos o no por el tema Mas, que estuvieran seguros de que no lo harían presidente. Muchos, entre ellos varios camaradas, argumentaban que había que hacer presidente a Mas para evitar unas elecciones que podrían quitar fuerza por el hastío. Discrepé, pues de haberse deshinchado el proceso por decir no a Mas, implicaría que no tiene la suficiente fuerza y a la vez sería como dar la razón, de forma involuntaria, a los españolistas que lo reducían a Mas. Creo que ese cortoplacismo no hubiera beneficiado para nada al proceso.

Al final por decir no a Mas no hubo otras elecciones, aunque creo que podría haberse arrancado algo más beneficioso para el proceso. Como por ejemplo un presidente de ERC, que no generan el rechazo de los de Convergència por motivos obvios aunque ERC sea otro partido del sistema. No era un imposible cuando ERC ha tenido mejores resultados que “Democràcia i llibertat” en las elecciones generales. Puigdemont, como han reconocido hasta los tertulianos más reaccionarios, no genera el mismo rechazo que Mas, pero evidentemente ha defendido y defiende políticas criminales. Por eso creo que el error de CUP ha sido centrar demasiado la crítica en Mas y no en todo su partido, pues de haberse centrado más en el partido en general, tal vez por la presión se hubiera puesto un presidente que no sea de su partido. A la vista está que así se hubieran ganado más apoyos, pero aunque Puigdemont sea de la misma calaña que Artur, guste o no, genera menos rechazo. Respecto al plan de choque también soy de los que, aún asumiendo con asco que la burguesía es necesaria ahora mismo para tirar el proceso hacia adelante, creo que deberían haberse arrancado mejoras sociales más inmediatas y mayores. Creo que CUP podría haber centrado bastante más su discurso en la necesidad urgente de esas concesiones, cosa que también le hubiera hecho ganar más apoyo popular. No soy el único que apoyando la independencia, cree que estos últimos meses CUP debería haber dado más caña en el tema social. Considero que estas críticas constructivas, que también las leo a militantes de la izquierda independentista, son imprescindibles para avanzar. Pero que considere mejorable la actuación de CUP, y no precisamente por pactar con la burguesía, no implica que deje de dar el apoyo que les di votando y haciendo campaña por estas en las elecciones. Por el momento creo que no han hecho nada que merezca retirarles el apoyo y a continuación comento el absurdo que me parece que haya quien se sienta decepcionado por su pacto con Junts pel sí.

¿Acaso CUP prometió que no pactaría con Junts pel sí? CUP no tiene fuerza suficiente para declarar la independencia sola, por lo tanto el pacto se hacía inevitable. Quienes se hacen llamar comunistas y se posicionan contra “el pacto con la burguesía” deberían repasar la historia para ver incontables pactos temporales de comunistas con la burguesía, y con ello no estoy diciendo que CUP sean comunistas, sino que hasta los comunistas han pactado. Si los bolcheviques o los comunistas chinos hubieran caído en estos simplismos, jamás hubieran podido organizar la revolución. ¿Acaso pactar temporalmente con la burguesía implica dejar de combatirla y denunciarla? Si de algo no se nos puede acusar a los comunistas que apoyamos el proceso, es de no combatirla. Es una vulgar manipulación decir que CUP se ha vendido a Convergència como si ahora fueran a apoyar todas sus políticas. Lo más irrisorio es que estas críticas vengan de partidos que han pactado con el P$OE como IU o que quieren pactar como Podemos, y no precisamente para debilitar al Estado español. Ahora se creen muy de izquierdas por atacar a CUP, cuando IU defendió la Constitución y tragó con la monarquía, mientras que CUP habla de ruptura y desobediencia. Que habrá que llevarla más a los hechos, es cierto, pero poco tienen que ver los discursos de la izquierda domesticada española y los de la izquierda independentista. Que vengan a dar lecciones quienes están insertados en el régimen y quienes respetan su legalidad nacida del golpe fascista, es intolerable. Hasta la burguesía catalana está desobedeciendo más al Estado español que algunos llamados partidos “comunistas”. Eso es lo que no pueden soportar, que se hable de saltarse la legalidad, porque la cumplen a rajatabla como el sin vergüenza de Cayo Lara que decía que se podía llegar al socialismo con la Constitución española.

Que mientras el Estado español envía más antidisturbios a Catalunya, su ejército amenaza con actuar y la oligarquía fascista se lleva las manos a la cabeza, haya quienes se posicionen con la legalidad española y no apoyen aunque sea de forma estratégica este proceso, tiene tela. Para organizar la revolución hay que debilitar al Estado y no demuestran tener mucha estrategia quienes se oponen a este desafío, como si fuéramos sobrados de situaciones así…Hablan como si el principal enemigo fuera la burguesía catalana y no la española, la de la nación opresora y mucho más poderosa. Por supuesto que ambas son enemigas de la clase trabajadora, pero si ahora mismo la más poderosa puede resultar debilitada e intenta imponernos su legalidad fascista cuando hemos decidido independizarnos, es evidente que porque estén Puigdemont y demás tipejos apoyando la independencia, no se puede dejar de apoyar. Porque hemos decidido independizarnos mucha clase trabajadora, basta de que la izquierda españolista hable como si sólo quisiera la burguesía.

Seguramente Junts pel sí, o una gran parte de estos, se acobarden a la hora de declarar la independencia o probablemente bastante antes, a la mínima que el Estado español les haga peligrar la poltrona, pero entonces quedarán retratados ante muchos que los consideran héroes y se radicalizarán las cosas, porque repito, el proceso no son cuatro políticos de turno, sino una gran parte del pueblo que no dejará de reivindicar este derecho democrático por más que se hagan diarrea algunos. Quienes pretenden reducir estas ansias de independencia a cuatro burgueses resentidos con la burguesía española, se equivocan mucho. Los comunistas, como siempre han demostrado los mayores ejemplos, debemos defender el derecho a la autodeterminación con hechos y no sólo de palabra, poniéndonos en primera línea de combate si es preciso, demostrando que somos nosotros y no la burguesía quien de verdad defiende este derecho democrático y tantos más que no defiende Junts pel sí.

La declaración unilateral de independencia, como ha recordado CUP hace unos días, es la única posibilidad bajo este contexto, pues el Estado español como recuerda la Constitución que tanto ha defendido la izquierda del régimen, está para prohibir un referendum vinculante. Por eso Podemos miente prometiendo que con ellos en el gobierno habrá referendum. La burguesía española no para de repetir lo mucho que les perjudica esta situación, pero algunos “comunistas” siguen sin verlo y como viviendo en otro mundo se atreven a decir que esto fortalece a la burguesía española. Un comunista debe tener estrategia, por eso esas posiciones no son justificables. Sin embargo es mucho más comprensible que parte de la clase trabajadora catalana no entienda este pacto, pues si no tiene un sentimiento nacional, desprecia las políticas sociales de Junts pel sí y no medita estrategias para debilitar al Estado opresor, sumado ello a la manipulación mediática, es difícil que lo pueda apoyar. Ahí entra nuestra labor y la de recordar a la clase trabajadora que cree que Junts pel sí los llevará a una vida mucho mejor, que no será así. Como también no escatimar esfuerzos en denunciarlos si al final se pliegan a las exigencias del Estado español incumpliendo lo prometido. ¿Eso es fortalecer a la burguesía catalana y dejar de combatirla como pintan algunos?

No se podían pedir imposibles a la CUP, pues Junts pel sí son necesarios para continuar esto y en el camino irán cayendo caretas, cosa que siempre viene bien, de lo contrario quedarían como eternos mártires para quienes creen que Puigdemont es algo parecido a un mesías. Ahora hay dos posiciones: la de acentuar las contradicciones y agudizar la crisis del Estado español, que pasa por apoyar la legítima independencia; o la de negar la legitimidad de declarar la independencia, posicionándose así con la legalidad española y evitando un duro golpe económico y moral a la oligarquía fascista. Más allá de la estrategia, la mayoría del pueblo ha hablado y quiere independencia, negarla sería faltar a nuestros principios comunistas. En todo caso nosotros hemos de hablar de qué tipo de independencia nos interesa a la clase trabajadora y cual es nuestra verdadera independencia. Pero eso lo haremos luchando por esta, no posicionándonos con la “izquierda” constitucionalista que en 40 años no ha sido capaz de desobedecer al Estado y que han pactado y quieren pactar con los creadores de los GAL para entre otras cosas, evitar que su Estado que no rompió con el fascismo, se rompa.